Obra Social “la
Caixa” acoge hasta el 27 de agosto en el paseo marítimo de Zarauz la
exposición "El Ártico se rompe" de Andoni Canela, prestigioso fotógrafo
de naturaleza. La muestra refleja la belleza de la región y pretende sensibilizar
sobre los efectos del cambio climático en el Ártico y sus
consecuencias para el resto del planeta, despertando así la conciencia
sobre la importancia de conservar esta zona y dar a conocer su papel en
el clima global.
A través de un espacio creado especialmente para la muestra que pretende simular un paseo entre icebergs, se disponen un centenar de fotografías acompañadas de audiovisuales
que explican qué es una aurora boreal o las diversas clases de hielo,
paneles expositivos, pelo de oso polar, líquenes y diversas plantas
carnívoras, ropa, utensilios inuit, maquetas y otros recursos
interactivos.
Canela
nos muestra la belleza de la nieve y el hielo árticos, la fauna y la
flora polar y el fenómeno celeste de las auroras boreales de lugares
como Groenlandia, Alaska, Canadá,
Svalbard, Islandia, Rusia y Laponia. Frente a esto, la exposición, como
indica su título, está centrada en gran medida en mostrar un paisaje
roto por el deshielo debido al aumento de temperatura. Según el propio
Andoni Canela "el objetivo es dar
a conocer el Ártico, un ecosistema frágil y singular que está realmente
en peligro a causa de la contaminación y los efectos del cambio
climático, de los intereses económicos y de las especulaciones en torno a
sus riquezas naturales". También afirma que "cuando ves 'in situ' los
cambios que se están produciendo, no tienes ninguna duda de que la
amenaza es real".
En
este contexto, el fotógrafo retrata una fauna importante para la
biodiversidad del planeta, que ha disminuido en otras regiones y que
para sobrevivir ha desarrollado significativas estrategias que le
permiten aislarse o soportar el frío, caminar sobre la nieve o
mimetizarse con el entorno. Al
disminuir el hielo ártico, animales como osos polares podrían estar en
peligro: algunas aves migratorias podrían perder sus nidadas por falta
de terreno estable y algunos de los vegetales más resistente del planeta
como musgos y líquenes de la tundra, podrían llegar a desaparecer.
Asimismo, las fotografías de Canela también reflejan la huella humana. Unas 20 etnias viven alrededor del
Ártico e intentan adaptarse a la transformación que el cambio climático
y la globalización cultural está causando en su entorno para no perder
sus tradiciones. Entre otras cosas, se están sustituyendo los perros
de trineo por motos de nieve, se consultan previsiones meteorológicas a
través de internet, se utilizan gps y radios vhf para comunicarse,
lanzas, arpones y cuchillos inuits se usan junto con rifles y escopetas,
y las viviendas tradicionales como el iglú, el tipi o la casa
semienterrada le están cediendo terreno a las casas prefabricadas.
Fotografías: Mapi Aramendia
También se retratan vastos paisajes que ya han sufrido el deshielo y donde tan sólo quedan placas a la deriva, posibilitando el transporte marítimo que permite extraer las reservas árticas de gas natural, petróleo y minerales. Las
grandes potencias han intuido el beneficio económico de esta situación y
se han empezado a disputar los derechos sobre las rutas de navegación
abiertas y el control de estos recursos. Pero esto también puede agravar los efectos del progresivo calentamiento y la degradación medioambiental. La
presión económica es muy fuerte y muchos esperan las oportunidades que
supondrá el deshielo, por lo que los intereses en juego pueden poner en
peligro el delicado equilibrio del Ártico.
La
exposición puede visitarse de lunes a viernes de 12.30 a 14h y de 17 a
21h. Sábados, domingos y festivos de 10.30 a 14.30 y de 16.30 a 21h.
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