Os recordamos que este viernes 14 se proyecta en los Cines Golem de Estella-Lizarra el documental "Hijos de la Tierra" de Patxi Uriz y Axel O'Mill, en la que posteriormente habrá un coloquio con uno de sus directores, Patxi Uriz.
A continuación os dejamos una pequeña entrevista con él en la que nos habla del documental y su trayectoria profesional.
Fotografía © Patxi Uriz
¿Cómo empezaste en la fotografía?
En
la fotografía empecé con el colectivo Fotóculo que había aquí en Puente, en un
local del Ayuntamiento situado en las antiguas escuelas. Allí teníamos el
laboratorio, el proyector de diapositivas y de esa manera me entró el
gusanillo. Además de pequeño mi abuela me regalo una cámara, me acuerdo que el
flash tenía cuatro bombillas y cada bombilla era para una sola fotografía
Me
ha gustado mucho la fotografía asociada a los viajes y a conocer otras culturas.
He
sido siempre una persona muy inquieta , muy curiosa y para mí la cámara ha sido
siempre mi mejor aliado para despertar esta curiosidad. Me han gustado mucho
siempre los viajes de estilo aventurero,
Después
de estar años en el Fotóculo organizando Rallys fotográficos y otras
actividades realicé en Pamplona un curso de profundización con Koro Kantabrana y
Blas Campos. Un buen día me desperté y me pregunte a ver qué quería ser en la
vida, qué quería hacer. Tuve claro
que quería viajar por el mundo y hacer fotos.
Después
de estudiar en Barcelona, con otra fotógrafa montamos la agencia Phototext en
la que realizábamos reportajes con
fotos y textos. A mi también escribir no se me daba mal y por aquel entonces
vendías el pack completo. Eran tiempos en los que se pagaban bien los reportajes y era un modo de vida la
verdad que…luché por ello y bueno…aquí estoy.
Además de fotografía de viajes ¿hay otra
especialidad?
Como mi padre al ser agricultor me llevaba siempre al campo.
Gracias a esa experiencia me especialice un poco en gastronomía. Me gusta la
buena mesa y la curiosidad de conocer nuevas comidas o vinos.
Lo etnográfico me ha gustado siempre también. Para mi son
fotos atemporales aunque depende del sitio. Hay que mirar que no estén
contaminados como por el ejemplo en el carnaval de Lanz, que puede ser lo mismo
ahora que hace 20 años. Son lugares por donde no pasa el tiempo. Ahora se
contaminan más porque ves a gente haciendo fotos con los móviles y a veces se
te meten entre medio, pero bueno, todo el mundo tiene derecho a hacer fotos. Las
fiestas etnográficas me han gustado mucho porque pienso que es otra parte de la
cultura de los pueblos al igual que la gastronomía. Pienso que esto debe
permanecer y la fotografía ayuda a conservar este patrimonio.
¿Qué trabajo te ha llenado más a nivel
profesional y personal?A mí el que más me llenó, a pesar de que he recorrido más de
40 países, el que más ilusión me ha sido el libro de “Navarra a la carta”. Fue
una propuesta que hice al Gobierno de Navarra. A los cinco minutos de exponerlo
me dijeron que si. Nunca he vendido un proyecto tan rápido. Fue un poco el
pasaporte a casa después de estar seis años en Barcelona como campo base
viajando por el mundo. Me vine para Navarra ya que mi padre estaba enfermo y
por lo menos pude estar los últimos meses con él y empecé con ese proyecto al
que le dedique un año y medio. Me dieron carta blanca para hacer el libro como
yo quisiera, y el resultado fue que me dieron el galardón del tercer libro
mejor de viajes gastronómicos del mundo en Londres en 2008. Para mi, es el
trabajo que más ilusión, que más pasión
le he puesto y del que más
satisfecho estoy. En este trabajo el ojo y el corazón confluyeron bastante
bien.
Cristina García Rodero sobre todo. Steve Mc Curry, Cartier Bresson, Ramón Massats… Me
gustan mucho los clásicos. Con Chema Madoz me quito el sombrero, (su madre es
de Puente, no por eso), ya que me parece que tiene un sexto sentido. David Alan
Harvey me gusta también.
De fotógrafo a director de documental ¿por qué?
Director de documental? “Hijos de
la Tierra” es mi ópera prima y además como co-director. Prefiero definirme como
documentalista . El paso al mundo
del cine ha sido un poco una adaptación a los tiempos. Siempre me ha gustado la
fotografía, pero un buen día recibí una oferta de una productora que estaba
buscando un fotógrafo que nunca hubiese hecho video. El director de ese
proyecto me dijo que los mejores realizadores han sido antes fotógrafos. Así que trabajé con ellos durante unos
Sanfermines, donde coincidí con Raúl de la Fuente que me dio este consejo: “tienes
que hacer fotos que duren10 segundos”. Y la verdad es que sí, era un gustazo el
ver la vida pasar delante de tu cámara y encima con música. La fotografía no la
dejo pero me gusta mucho filmar.
El documental “Hijos de la Tierra”
ha sido para mí el Navarra a la Carta del cine. A esta película le dediqué gran
parte de mi tiempo durante más de dos años. Aposté muy fuerte por algo que creía iba a salir bien. Y así
fue, el proyecto que en principio se titulaba “Navazonia” consiguió la ayuda
del INAAC para llevarlo a cabo. Lo estrenamos con gran éxito en la Filmoteca de
Navarra en diciembre del año pasado. Ahora ha empezado un recorrido por
festivales y casas de cultura. Ya hemos ganado el Festival de cine rural
Ficvelo de Galicia y estamos entre los seis finalistas en el Festival Internacional
de San Petersburgo.
He tenido la suerte…bueno también
es sembrar, querer hacer las cosas bien y enfocar en ello y tener un buen
equipo alrededor y tirar para adelante.
¿Cómo surgió
la idea de hijos de la Tierra?
La idea surgió por un trabajo
fotográfico. Un naturópata me hizo una propuesta para hacer un libro sobre
plantas medicinales, plantas que cultiva él en la Península Ibérica y en Brasil.
Él compro en Amazonas unos terrenos como zona de preservación. La verdad cuando
vi todo lo que podía dar de sí aquella experiencia, todo ese intercambio de
conocimiento con los chamanes y los hombres sabios de la selva, le dije que el
libro ya lo haríamos pero este tema daba para más, que se podía hacer un
documental. Así es como empezó
todo.
Se ha rodado en España, Brasil,
México, Gran Bretaña y Francia. ¿Qué ha sido lo más complicado?
Lo más complicado fue Brasil.
Llegar al corazón de la selva con los chamanes no es fácil. Ha habido una labor
de producción muy grande y eso no se ve y la gente a veces tampoco lo valora.
Se piensa que se llega fácil pero no es así. Para moverte por ahí son muchas
horas de barca , cuatro aviones desde España y mover toda esa logística es
complicado.
Tuvimos la suerte de trabajar con
un brasileño que se dedica al mundo del cine, conocía a muchos chamanes e hizo
la producción del documental, el trabajo de campo antes de ir a filmar. Con
esta misma persona me salió la oportunidad de ir a México. Esto no estaba
previsto en el plan de rodaje, pero resultó gratificante. Al igual que la
entrevista a Terry el druida. Conoces a tanta gente interesante que unos
personajes te llevan hacia otros y quieres meterlos a todos. Este trabajo me ha
servido para darme cuenta que en un documental el guión se escribe en el
montaje. Así como el cine de ficción tiene como objetivo desarrollar una
historia, el documental es un tema. Pero en el documental, el cine es el
montaje. Un trabajo de más de 150 horas de grabación, dejarlo en 35 minutos es
complicado. De 70 entrevistados al final salen 14.
¿Con qué experiencia del
documental te quedas?
Me quedo con la experiencia del viaje
interior. Me ha servido para conocerme más como persona, para conocer más el
mundo y para conocer como es la
vida. La vida es mucho más
sencilla, hay que aceptar las cosas como vienen y no hay que rasgarse las vestiduras por lo que te acontece.
Hay que aceptarlo y tratar de
solucionar las adversidades. Sobre todo veo que una de las cosas importantes
que tiene que hacer el ser humano es crecer espiritualmente para saber realmente
quien es y para saber a que ha venido a este mundo. Sin eso, pasas de rositas y
no te enteras.
El documental habla sobre
personas vinculadas a la naturaleza y el respeto hacia la Madre Tierra. ¿Por
qué es necesaria esa concienciación en un mundo dominado por las tecnologías,
la sobre explotación de los recursos naturales y un modo de vida que genera
cada vez más estrés?
Nos creemos dueños de la Tierra y
no es así, somos sus hijos. La estamos explotando vorazmente. Es nuestra madre
y la estamos ignorando y vivimos de espaldas a ella. Las multinacionales solo
piensan en su beneficio propio. Como dice Terry, el druida “Algún día la
naturaleza se puede vengar de todo el daño que le hacemos y acabar con todos
nosotros.”
En el año 2050 vamos a ser 9.000
millones de personas viviendo en la Tierra. ¿Cómo nos vamos a alimentar? ¿Explotando
la tierra con productos transgénicos que acaban con las abejas?. Ya lo dijo
Einstein hace muchos años: “El día en que se acaben con las abejas se acabará
el mundo”. Es todo una cadena.
Hay falta de concienciación en ese
tema. Como dice el presidente de Uruguay, Pepe Múgica “La felicidad te la dan en tarjetas de crédito” Puedes
comprar la felicidad a plazos y no es así, es todo lo contrario. Es ir comprando
porque te piensas que comprando, compras felicidad y esto solo conduce a la
insatisfacción constante. Una
persona que es rica es la que cree que tiene suficiente. Si una persona tiene
mucho pero ambiciona tener más, no es rico porque no tiene bastante.
En el documental se habla de
métodos de curas alternativas a la tradicional de con medicamentos químicos.
¿Cual es la diferencia entre ambas?
El conocimiento de la medicina
tradicional si fuera efímera no hubiese llegado a nuestros días. Por ejemplo con
nuestro equipo cuando llegamos a Brasil le preguntamos al naturópata por las
vacunas y nos dijo que no hacía falta vacunas, que nos íbamos a vacunar con
medicina de la selva. El primer día que llegamos allí, nos pusimos el cambó, es
el veneno que segrega la rana. Te hacen una incisión en la piel, te lo aplican
directamente y eso te renueva el sistema inmunitario. Como estábamos con los
hombres sabios de la selva había que seguir el protocolo y la verdad es que
nadie se cogió ninguna enfermedad.
Hoy en día la salud es un negocio.
Es más negocio curar la salud que prevenirla y no vamos bien. Hay una frase que
dice Josep Pamies en el documental que es clave: “la industria farmacéutica lo
que quiere es cronificar la enfermedad para tenerte agarrado ahí durante años”.
Les interesa cronificar, no curar. Y ahí está el problema. En España con el
sistema sanitario solo puedes curarte con el protocolo de la medicina química.
En Suiza por ejemplo, un país muy puntero en laboratorios farmacéuticos, puedes elegir el modo de curar. La
acupuntura y la homeopatía entre otras están dentro de la sanidad pública. En
Nicaragua, el segundo país más pobre de America todas las terapias naturales
están la sanidad pública. Y aquí dicen que no es posible. Lo que pasa es se les
acaba el negocio a las farmacéuticas. ¿Qué las plantas curan? Pues claro. La
industria farmacéutica ¿de dónde saca los principios activos? De las plantas.
Para finalizar, ¿algún consejo
que le darías a alguien que quiere dedicarse profesionalmente a la fotografía o
realización de documentales?
Que crea en sí mismo y que
vaya a por todas. Por eso digo lo
de crecer espiritualmente y conocerte como persona, te ayuda a canalizar y a
saber por donde tienes que ir. Te hace ser más intuitivo, tener más seguridad
en uno mismo y será más fácil elegir.
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