Se levantó un día poco agradable, nevado y con ganas de seguir ampliando el manto blanco. Como ya es habitual a las 9:30 se instó a los interesados a congregarse en el bar de la estación, algunos de los habituales ya mostraron cierta reticencia el día anterior viendo que el frió y la nieve harían acto de presencia.
Tras un café reponedor y unas llamadas poco fructíferas, nos pusimos en camino un grupo cercano a la decena, con el claro objetivo de pasar una buena mañana en la fiesta del aceite de Arróniz.
Y así fue, una interesante mañana que fue mejorando en lo meteorológico, en la afluencia de gente y de colegas fotógrafos, que al avanzar la mañana se dejaron caer por el citado festejo. A la llegada puedo decir con bastante seguridad que los primeros en catar el preciado oro líquido fueron los primeros a los que fotografiamos, no obstante a lo largo de la mañana aquello varió hacia un enjambre de personas ansiosas de probar el ansiado líquido, y de otras por dejar constancia de tal apetitosa gustación.
Mucho protagonismo hacia los primeros planos de las tostadas y los retratos, tirando de ingenio y disimulo para no incomodar al gentío y así poder cazar una buena instantánea.
Para terminar la mañana y alejándonos un poco de la zona propia del trujal, fuimos a tomar un vermut ligero que, por azares del momento, fue amenizado por un par de mexicanas y jotas en directo, momento en el que las cámaras no pudieron permanecer quietas y se dieron rienda suelta, dando así por terminada una buena mañana rodeados de aceite.
Texto y fotografías: Ándres Díaz de Cerio
Aquí os dejamos a los primeros valientes que madrugaron a pesar del frío que hacía
Fotografía: Richard Hernández
y por último os dejamos con un vídeo que José Ángel Garbayo realizó en 2008
No hay comentarios:
Publicar un comentario